Tengo ganas de ser mala,
decir mentiras, todo quebrar,
ser niña mala, mujer apasionada;
al gran guardián derrotar.
Y decir que yo no he sido,
meterme donde no me llaman,
despeinarme, hacer mucho ruido,
sentir que tus sentidos aclaman
a la ropa intima que he vestido.
Déjame ser
insolente
con mi parte,
esa tan decente.
Y romper mi camisola
traviesa acercarme a ti,
sentir que no estoy sola:
en tus ojos me veo a mi.
Arañar tu piel hecha traje
nuevas marcas dejarte
del apresarte salvaje
y después retirando, provocarte.
Que ya no
puedas negarme
que
necesites de mi anegarte.
Esa pasión que despertamos
alrededor todo lo quema,
y escapar ya no podamos;
que no nos demos tregua.
Mi boca desea por tu rostro bajar,
pasear mi lengua por tus rincones
mis labios por tus cobijos indagar,
dejar libertad a nuestras sensaciones…
Que no importe
nada, nada excluyo,
nada, excepto tú y
yo.
Tu tensión que a través de las telas
alimentará el fuego que en mi halles.
Libre, atravesaré tus fronteras
tú saltarás mis barrancos y valles.
Al final, ese estremecimiento extraño
del embeleso exhausto, a la alborada
de nuevo te miraré a los ojos, de
soslayo,
esta vez con la dulzura del mar ya
calmada.
Y nos
amaremos con la locura
que
poco a poco nos traerá la frescura.
Y en tu hombro descansaré sosegada,
que poco a poco se hace el día
no habrá momento más bello, calmada
yo me daré en pleitesía.
Y me
imagino tierna y adecuada …
… pero ahora, ahora déjame ser mala.
©Ana
López
Del libro "Rincones de Mujer"
Junio 2011
Junio 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario