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miércoles, 7 de noviembre de 2012

SE ME ESTÁ MURIENDO LA SOMBRA




Se me está muriendo
la sombra aturdida,
tantos años sabiendo,
tantos nutrida, curtida
de fantasmas y miedos.

Ahora el sol caldeará
mi cuerpo frío, mis credos,
y mi libertad avivará
las aguas de mi río,
mis cielos, mis montañas;
a ellos les sonrío.

Y tendrás tú la culpa: poesía,
que me permites deshacer,
los nudos urdidos cada día,
las cadenas forjadas en mi ser.
Pues se me muere la sombra,
ya talo el árbol herido,
ya desgarro la sutil blonda,
que trabajé para mi destino.

Están agonizando los temores,
yo que los tenía tan cuidados,
mas no les llevaré flores,
cuando queden enterrados.
En sus hojas el tiempo se detiene,
y el verdor se torna ocre, lila…
y aún velo el aire que me retiene
de no avivar su huida,
con miedo, con tiento,
por si se hiende la última rama viva.

Se me muere la sombra, perece,
ya se cuela luz por la penumbra,
ya por fin, en mi vida amanece.




Ana López del libro "A Solas"




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