Un piano,
un sentimiento,
una respiración
profunda,
un viajar al
interior y descubrir paisajes
anhelantes de
visitantes descalzos... ¿soñamos?
¿continuamos
recorrido
hasta darnos
cuenta que las olas están por cielo
y el cielo por mar?
Cada ocho
minutos la gravedad cambia
nos sentimos
bañados por el limbo
en un
surrealista riego que no moja,
mas limpia
desnudando nuestros nudos
Una vela ilumina
nuestros destinos
y como tal titila
nuestra partitura
segura en un
incesante bailoteo
¡qué peculiar la
llama!
rutilante y
desafiante
en cuerpos
azules y amarillas capas
¿soñamos?
Se termina el
tiempo para ello
se rescinde el contrato
de la tierra
hay que volver
al cielo y no he terminado
pero no he terminado
no puede ser tan
difícil que antes de partir
halle un alma afín
tiene que
existir un alma vinculada
pues entonces
que más daría
que cada ocho
minutos el cielo desmoronara
en feroces olas
y descubriese
nubes de arena
¡qué sentido
tendría!
cómo sentido
puede tener todo lo que nos rodea
ninguno
vamos, ponme a
prueba
que prueba te
estoy dando
cada paso
cada avance y
cada retroceso
cada traspiés y
cada pirueta
asísteme ; ¿qué
deseas de mi?
dímelo ya y aíslame
de la incertidumbre
Y entonces, sólo
entonces
exhalaría para
poner fin a esta lumbre
esa que titila
nerviosa
esperando que se
calme la cera espesa
lo estoy
suplicando
dime tu deseo ya
explícame tu
misión, la mía
la acato, la
cumplo
pero déjame desempeñarla
en compañía
no me dejes
sola, ahora no, ahora no
no sería capaz
de acecharla con valentía
© Ana López
Enero 2014
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