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martes, 5 de junio de 2012

CHOCOLATE






No puedo describir con pericia,
la enorme delicia
que es derretirte en mi boca…
desnudarte de esa envoltura ¡queda poca!
te cubre, envuelve artificial
¡qué bello estás al natural!
y ante mis mordiscos, impetuosa
 -pequeños,
 para no herirte demasiado-
 te vences y te dejas caer sobre mi lengua deseosa,


detonando,
tu sabor dulce con tono de amargo
- perfecto-

Y se deshace de forma lujuriosa,
yo estallo de placer, ansiosa:
sin pensar ni razonar;
y con un calor espectacular.

Pero tiembla mi cuerpo
-al tiempo-
que mi mano se desliza juguetona,
con los ojos cerrados en la encerrona,
del éxtasis.

Despejo mis pechos de ropa, mis dedos corren,
mientras mis labios continúan besando el polen,
que dejas en ellos por tu paso
con deleite, tu rastro.
Y siento mis mares actuando,
y siento mi corazón palpitando;
y siento el calor del fuego cuidado
con el que forma te han dado.

Y necesito más, ¡necesito más!

Me despojo lentamente de la falda
- me molesta-
ante tanta pasión, mucho tarda.
Ya mis dedos juguetean con mi ropa interior…
 ya no puedo más, es superior,
 entonces abro los ojos para mirarte…


¡y no estás!


¡vacío!

.
.

¡¡se acabo el chocolate!!



©Ana López
Del libro Roncones de Mujer

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