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martes, 19 de junio de 2012

HERGEST RIDGE






Camino sobre la cuerda floja, doble filo de navaja, sin miedo a caer pues bajo mis pies
se extiende el cielo.

La pértiga, la vida que le sostiene se  mece con armonías. Todo funciona con equilibrio. Todo está bien. Querías desertar del mundo y aquí te sientes seguro, abrigado por nirvana y tierra, monte y casa, puerta y sol, lluvia y calor.
Mas  allá, a lo lejos, un lobo solitario aúlla a la luna llena mientras tú danzas sobre el abismo de las aves de tu guitarra. Allá el lobo ansía la luna. No puede ser suya como tú no puedes razonar la realidad. Pero creas tu propia calma, sediento de respuestas a tus simples preguntas.
La avioneta de juguete sobrevuela tu espacio con acróbatas encantos hasta que el ocaso desciende sobre tu mundo desdibujándote como en lienzo, rojos, azules, verdes... Caen sobre ti finos cascabeles, como delicados copos de nieve y los haces danzar en tu eterno baile. ¡Qué fanfarria te mece en el cielo!

Camino sobre la cuerda floja, doble filo navaja, sin miedo a caer pues bajo mis pies
se extiende el cielo.

Así creyó el lobo que le sería fácil coger la luna. Pero no es simple juego de magia. La verdad es otra, es otra.
Y todo se rompe en Hergest. Avisan las trompetas a réquiem. ¿Tañen tus campanas a muertos? No te despistes: ¡maldito baile de inertes!
Y soplas las notas al viento, como aquella flor fusionándose con tus dudas. Y me cuentas de paz, pero no me la das. Coros me calman, pero no me sacian. Concluyes dejando el enigma.
Ese fantasma que tanto temes, aparece a diario para susurrarte al oído lo que te niegas a escuchar. Y ese miedo va a tus manos y de tus manos al bajo que gravemente habla, quiere ser escuchado. ¡Grita tu terror ante la tormenta desatada! Cientos de rayos desestabilizan el aeroplano, hacen temblar la cuerda; ¿Ves el horror en la bola de cristal? Furia desatada. Rabia desbocada.
Lloras notas de guitarra que descienden por ella, por ti, y quedan en Hergest.
Madre ha muerto.
Ahora no lo puedes ver pero en primavera florecerán las notas que regaste con tu llanto. Así es la vida, esto es la vida, así lo cantas, así lo clamas.
Pero enmudece el lobo. Abate el avión. Se parte la paz. Todo ha  quebrado en la suave campiña, añicos asonantes, desgarradores.
Camino sobre la cuerda floja, doble filo de navaja.

 Y me doy cuenta que puedo caer pues bajo mis pies observo el vacío del miedo. La pértiga que me sostiene se desequilibra, afuera hace frío, afuera hay peligro... Mas la puerta de Hergest Ridge cicatriza de un portazo, acallando la soledad, pero dejándote la inquietud.

Y caminamos en la cuerda floja, doble filo de navaja.

 Lección de existencia y muerte en la que al final nos espera la esperanza envuelta en dulce melodía, en dulce cántico.
Amanece de nuevo en tu guitarra dudosa.
En este círculo no hay respuestas.



Ana López
Marzo 2004

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