Camino
sobre la cuerda floja, doble filo de navaja, sin miedo a caer pues bajo mis
pies
se
extiende el cielo.
La pértiga, la vida que le sostiene se
mece con armonías. Todo funciona con equilibrio. Todo está bien. Querías
desertar del mundo y aquí te sientes seguro, abrigado por nirvana y tierra,
monte y casa, puerta y sol, lluvia y calor.
Mas allá, a lo lejos, un lobo
solitario aúlla a la luna llena mientras tú danzas sobre el abismo de las aves
de tu guitarra. Allá el lobo ansía la luna. No puede ser suya como tú no puedes
razonar la realidad. Pero creas tu propia calma, sediento de respuestas a tus
simples preguntas.
La avioneta de juguete sobrevuela tu espacio con acróbatas encantos
hasta que el ocaso desciende sobre tu mundo desdibujándote como en lienzo,
rojos, azules, verdes... Caen sobre ti finos cascabeles, como delicados copos
de nieve y los haces danzar en tu eterno baile. ¡Qué fanfarria te mece en el
cielo!
Camino
sobre la cuerda floja, doble filo navaja, sin miedo a caer pues bajo mis pies
se
extiende el cielo.
Así creyó el lobo que le sería fácil coger la luna. Pero no es simple
juego de magia. La verdad es otra, es otra.
Y todo se rompe en Hergest. Avisan las trompetas a réquiem. ¿Tañen tus
campanas a muertos? No te despistes: ¡maldito baile de inertes!
Y soplas las notas al viento, como aquella flor fusionándose con tus
dudas. Y me cuentas de paz, pero no me la das. Coros me calman, pero no me
sacian. Concluyes dejando el enigma.
Ese fantasma que tanto temes, aparece a diario para susurrarte al oído
lo que te niegas a escuchar. Y ese miedo va a tus manos y de tus manos al bajo
que gravemente habla, quiere ser escuchado. ¡Grita tu terror ante la tormenta
desatada! Cientos de rayos desestabilizan el aeroplano, hacen temblar la cuerda;
¿Ves el horror en la bola de cristal? Furia desatada. Rabia desbocada.
Lloras notas de guitarra que descienden por ella, por ti, y quedan en
Hergest.
Madre ha muerto.
Ahora no lo puedes ver pero en primavera
florecerán las notas que regaste con tu llanto. Así es la vida, esto es la
vida, así lo cantas, así lo clamas.
Pero enmudece el lobo. Abate el avión. Se
parte la paz. Todo ha quebrado en la
suave campiña, añicos asonantes, desgarradores.
Camino
sobre la cuerda floja, doble filo de navaja.
Y me doy cuenta que puedo caer
pues bajo mis pies observo el vacío del miedo. La pértiga que me sostiene se
desequilibra, afuera hace frío, afuera hay peligro... Mas la puerta de Hergest
Ridge cicatriza de un portazo, acallando la soledad, pero dejándote la inquietud.
Y caminamos en la cuerda floja, doble filo de navaja.
Lección de existencia y
muerte en la que al final nos espera la esperanza envuelta en dulce melodía, en
dulce cántico.
La lluvia vieja en los
cristales, eso es Ommadawn.
La lluvia nueva que rasga tu
rostro, eso es Ommadawn.
Se pierde la mirada de muchacho en el recuerdo. Es
el joven triste que esboza una leve sonrisa en su reflejo. Quizás ve un día de
primavera abrigada aún por el frío. Quizás el caminar sobre la fina hierba con
los pies descalzos.
Pero te advierte:
que tras la lluvia llega la niebla,
que cuando te das cuenta salta el cristal en
pedazos.
Que caen lágrimas, sueños y juegos,
en una soledad demasiado cercana.
¡Despierta!¡Levántate!
¿Llegaste a ser pequeño? ¿Te dejó tu corazón ser
niño?
No contestas porque tus pupilas miran al horizonte
buscándote.
Y quizás descubres que no eres tú.
Eso es un error, chico,
eso es Ommadawn.
Es Ommadawn.
Sin desearlo
agrandan tu pecho los suspiros de niñez, asimismo tus pesadillas.
Y le cantas a los malditos espíritus para que
marchen. Y enredas tus notas a sus pies
para asustarlos. Pero sin saberlo caes en la trampa fácil, tendida para apagar
tu rostro. Palideces. Amenaza el pasado. Madre grita el alumbramiento. El que
reciente llega siente el helor de la vida nueva. Hay dolor en tu alma desnuda
cuando clamas la oración. ¿Dónde quedó la compasión que pediste?
De la mano me llevas a los gritos de tu pesadilla,
que hago mía.
Y en tus mares minimalistas me ahogo
para después sufrir el desgarro del nacimiento.
Lo advierten los timbales,
no va a ser fácil, no va a
ser fácil.
Cantan los coros mitigando
el llanto.
Cantan Ommadawn.
Ahora ya estás en la vida.
Sabes que amanece de nuevo
y con el sol aparecen las
esperanzas.
Tal vez algún día comprendas
lo que te ocurre.
Mientras me regalas una nana
para dormir el mundo de los sueños un momento,